Ser un Gato

Cuando en julio de 2007 Los Piojos volvieron a las bateas después de cuatro
eternos años con un disco de estudio, "Civilización", descubrimos que no
sólo estaban más sólidos, sino que además, sus letras pintaban
hermosos paisajes de cumbres, salitrales y palomares. Pero además, nos
encontramos con una canción que despertó la curiosidad de todos aquellos que
nos devoramos las historias del rock: Pollo Viejo.
¿A quién estaría dedicada? ¿Quién se cargaría de plumas y años? ¿Alguno de
nosotros se reía de los viejos del gotán? ¿Tus gruppies ya fueron madres?
¿Sadaic les paga un entretejido?
No tardaron en llegar los mails a las radios. Pergolini se cansaba de
contestar que no sabía nada y el mismo Andrés Ciro Martinez (voz piojosa
para los incautos) adujo a la descripción de un administrativo de Sadaic. Su
voz nos sonó cruel. Y quienes hacíamos la pregunta, quedamos como fantasmas
peleándole al viento. Los foros se atestaron de debates: unos afirmaban lo
que decía Ciro como si fuese un dios incapaz de mentir, otros en una falta de
respeto asombrosa, se lo adosaron al hoy desmejorado Sandro, y muchos lo
enlazamos con un salmón que no es ningún pescado: Andrés Calamaro.
¿Por qué Calamarete? Porque más allá de las vinculaciones en la letra, todos debemos recordar, que tal como salió en las revistas chismosas del corazón, ambos Andreses, con guitarras en mano, cantaron cual Romeos hacia el mismo balcón de la misma Julieta (Cardinali en este caso).
Primero nos sorprendimos al ver al piojoso capturado por las cámaras paparazzi en su auto junto a la rubia; y a los poquitos meses, nos enteramos que la actriz de “Valentín” se posó como una paloma en los brazos del Andrés de rulos. Pronto formalizaron y con el mínimo exigido de 9 meses, tuvieron una hermosa calamarita.
Con todo este bagaje, Pollo Viejo, puede estar vinculada al ex Abuelo de la Nada. Sonaba lógico. Pero faltaba una respuesta a la provocación que logre cerrar el círculo. Es decir, si te tiro un caño humillante delante de un estadio entero, como mínimo, espero que en la próxima jugada, me apuntes los tapones a los tobillos y me dejes sin llegar al arco. Al tercer Arco.
Y el planchazo llegó. Calamaro sacó su disco “La lengua Popular” y su majestuosa canción “Mi gin Tonic” fue la indicada para apuntar a Ciro.
“Para ver bailar voy a un club mientras muerdo el limón
de un gin tonic usado... en tu cadera,
no me digas que voy a tener que ir a ver a tu grupo del siglo pasado,
en la bombonera.
todo bien porque voy a comer como un rey
en tu agencia de coches usados … entre colegas.”
La única banda de rock argento que tocó en cancha de Boca en los últimos años fueron Los Piojos. En un ritual (nombre que se les da a los recitales piojosos) se ve gente bailar. Y la última frase, poesía pura, quien no trato a su auto tan bien como a una dama?
Un último dato: Calamaro y Los Piojos planearon cerrar el año 2007 el 15 de diciembre, para ¿robarse público?
En fin, amigos, las letras están echadas, los jugadores esquivarán preguntas y negarán con risas socarronas el verdadero motivo. Como dice Diega Della Sala, “los músicos hacen canciones para después negar lo que quisieron decir”. Cada cual a su juego, lo que está claro es que en esta ruleta, sobra la honestidad brutal. Yo por mí parte, disfruto de ambos.