Rompiendo límites

lunes, 8 de junio de 2009

Tengo la mente en erupción. Son esos momentos donde las ideas se entrelazan constantemente en busca de alguna respuesta que oficie como solución concreta y no alternativa para lo que me resta de vida. Entro en un estado de desesperación avasallador. Me fluyen las palabras pero en desorden, ni siquiera puedo coordinar lo que pienso. ¡Es que ilusiono tantas inalcanzables soluciones! Qué fácil es resolver los problemas en la mente cuando la imaginación viaja hasta conseguir con dos palabras lo que anhelas. Mi cuerpo pide movimiento, mi lengua expresiones, mi voz ser escuchada. Pero no puede ser! No me acomodo. ¿Cómo digo lo que pienso? ¿Cómo zafo de este embrollo? Existo, luego pienso (no comulgo con toda la rama de la filosofía, me atrevo a desafiarla en el campo de la acción). Es-
cribo, en realidad tecleo, ni siuqiera peudo orednar als letars. Voy cruzando los abismos del vacío que quieren absorberme. La muerte me tienta, siempre me sedujo. La tristeza fue un lugar cómodo pero ya molesta. El miedo me llama pero me inmoviliza tanto que no lo puedo alcanzar. Sin embargo, lentamente el cosquilleo comienza a subir...más, más y más...me empiezo a reír de ellos tres, me empiezo a llenar de energía. Empiezo a comprender que lo mejor que me puede suceder son los problemas. Enfrentarlos, atravesarlos, y sobre todo ganarles, porque cuanto más difícil es el partido más sabrosa es la victoria. Vivir triste nunca más, dijo Ale. Ya no, ahora salgo a ganar. Tengo mucha bronca, mucha rabia contenida que se transforma en potencia productiva. Y eso me va a llevar lejos, tan lejos como yo decida llegar. Lo que parece derrota y golpe, a través del espejo de mis vanidades es la oportunidad de volver a sentirme fuerte, es la posibilidad de volver a calzarme la corona de campeón. Hoy no me quiero morir a pesar del dolor, no quiero escaparme. No me sirve. Muerto no respondo, el cajón pone límites. No, no, no. Hoy el intentar es lo que me mantiene vivo, el intentar es el fuego que enciende mi triunfo, el intentar es aquello que nunca supe saborear porque siempre me había paralizado antes de comenzarlo. No te vayas, que hoy camino, corro y avanzo. La gloria es mi próxima estación.-

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre tengo a mi lado a mi dios
(así me das más...)
Un susurro muy especial
(así me das más...)
"Motor psico": el mercado de todo amor
Lo que debes, cómo puedes quedártelo.

Junto a la hemoglobina me fui
y ya no sangro más.
De la nada a la gloria me voy
(¡así me das más...!)
"Motor psico": el mercado de todo amor
Lo que debes, cómo puedes quedártelo.

Estoy fichando de acuerdo al dolor
(jugando de más...).
Mi dios no juega dados, quizás...
...esté a mi favor
"Motor psico": el mercado de todo amor
Lo que debes, cómo puedes quedártelo

Gri dijo...

"porque sí, porque sobran las bolas de pararla con el pecho y no tirarla afuera"

brindo con vos por el dolor transformado en energía